La verdadera clave está en entender qué necesita tu piel en cada momento de tu vida. Porque no es lo mismo cuidar una piel de 20 años que una de 40 o 50. Cada etapa tiene sus particularidades, y aquí te contamos cómo adaptar tu rutina a cada una de ellas.
Adolescencia: hábitos básicos
Durante la adolescencia, la piel suele ser naturalmente resistente y luminosa. En esta etapa no es necesario sobrecargar la piel con tratamientos, pero sí es el momento perfecto para establecer los cimientos de una buena rutina con lo esencial.
Los básicos que no pueden faltar:
• Limpieza facial: Fundamental para controlar el exceso de grasa y mantener los poros limpios.
• Protección solar diaria: Aunque la piel joven parece invencible, protegerla del sol es fundamental, asi que es importante elegir un buen protector solar con SPF50.
Crear estos hábitos temprano hará que cuidar tu piel sea algo natural, no una obligación
A los 30 años: Prevención
En esta etapa la piel tiene una capacidad de recuperación increíble, pero debemos tener claro que lo que hacemos en este periodo serán los resultados del futuro.
Es el momento ideal para establecer una rutina completa pero sencilla, que se convierta en un hábito diario y no en una tarea pesada.
Tu rutina debe incluir:
• Limpiador facial
• Hidratante adecuado a tu tipo de piel
• Protector solar (innegociable)
• Un sérum según tus necesidades: Los antioxidantes como la vitamina C son excelentes aliados en esta fase
A los 40 años: Cuidados específicos
Aquí es donde empiezan a aparecer los primeros cambios visibles. Las líneas de expresión se hacen más evidentes, la piel puede mostrar signos de fatiga y la luminosidad natural comienza a disminuir.
Es el momento de incorporar activos más específicos que ayuden a ralentizar estos procesos y mantener la piel en su mejor estado.
Lo que tu piel necesita ahora:
• Ingredientes que estimulen la producción de colágeno
• Antioxidantes potentes
• Tratamientos que actúen sobre las primeras líneas y arrugas
• Mayor atención a la hidratación profunda
• No se trata de luchar contra el paso del tiempo, sino de cuidar tu piel de la mejor manera posible en cada momento.


Más de 40: Reparación
A partir de esta edad, la piel necesita un cuidado más completo. Los procesos de regeneración natural se vuelven más lentos, por lo que es importante estimular la renovación celular de forma externa.
Los tratamientos clave:
• Texturas más nutritivas y ricas
• Activos regeneradores como el retinol
• Sérums despigmentantes para unificar el tono
• Productos que aporten luminosidad y vitalidad
Los tratamientos despigmentantes bio10 forte+, son especialmente beneficiosos en esta etapa. No solo mejoran la uniformidad del tono y eliminan las manchas, sino que devuelven esa luminosidad que la piel va perdiendo con los años.
Nunca es tarde para comenzar a cuidar tu piel. Lo verdaderamente importante es la constancia y saber adaptar tu rutina a las necesidades actuales de tu piel.
Tres principios fundamentales:
1. Constancia: Una rutina sencilla, y siguiendo los pasos en el orden correcto, es más efectiva que una compleja que abandones
2. Escucha tu piel: Observa cómo reacciona y adapta los productos según sus necesidades
3. Evoluciona con ella: Lo que funcionaba hace años puede que ya no sea lo más adecuado ahora